miércoles, 9 de octubre de 2024

Choques generacionales: boomers, noventeros y prioridades

    Hace poco estuve debatiendo con unos familiares (si es que hablar atropelladamente unos sobre otros y que te corten con comentarios condescendientes se le puede llamar debatir) sobre cómo ha cambiado la sociedad española a lo largo de estas últimas décadas en cuanto a vida personal y entorno familiar. Pero antes y como siempre, explico brevemente el contexto para evitar posibles condicionamientos a la hora de reflexionar tras leer este post: estos familiares son babyboomers, yo nací en la segunda mitad de los '90, tanto ellos como yo somos muy familiares y hemos sido criados con valores parecidos aunque condicionados/salpicados por el contexto social en nuestras respectivas crianzas.


    -Prioridades económicas: según me comentan, en los '60 el hombre de familia medio era pluriempleado, porque sino no llegaban a fin de mes, llegando a trabajar los 7 días de la semana para poder mantener a los suyos. En los '90, mi padre trabajaba, mi madre no trabajaba porque con el sueldo mensual que recibía, sus ingresos quedarían acaparados al 100% por una guardería tras el fin de su baja por maternidad, así que decidió dejar el empleo para cuidar de mi y de la casa (¿porqué ella y no él? por la diferencia de ganancias mensuales y el modelo de contrato). Yo en 2024 estoy rozando los 30 años y tengo un empleo fijo con un sueldo aceptable, pero con el que tendría que milimetrar mis gastos si me independizase debido al alto coste de vida de la Comunidad Autónoma en la que vivo; no tengo pareja y trabajo cerca de casa, por lo que independizarme es innecesario de momento. 

     Me gusta viajar, salir de vez en cuando a tomar algo con mis amistades y probar nuevos productos para desarrollar según que habilidades artísticas, por lo que parte de mi sueldo se va en esto, aunque con un control rígido por mi parte. Bien, los boomers de mi entorno sostienen que la gente de mi generación no puede comprarse una casa, ni un coche, ni tener hijos porque las prioridades son distintas para los de mi generación (concretamente, viajar con más frecuencia y tener mascotas antes que niños), yo mantengo que la calidad y nivel de vida ha cambiado, y esto en parte condiciona nuestras prioridades (muchos no vemos prudente traer un bebé al mundo sin una estabilidad económica, emocional y psicológica; de hecho si tienes un mal mes/año, puedes abstenerte de viajes y caprichos, pero no puedes decirle a tu hijo que este mes no come). Personalmente, tengo muchos motivos para querer un "miniyo", pero con algunos peros por el medio como que, pese a los cambios que se puedan presentar, yo sepa que no le faltará comida en el plato (sin tener que ir mendigar a los abuelos, evidentemente), que le podré pagar los estudios más allá de la educación obligatoria, y que tanto mi hipotética pareja como yo vayamos a estar estables (que te puedes divorciar tras 20 años de matrimonio, pero los hay que se arrancan con la nueva familia sin tener una relación estable)... Lo mejor de todo fue la conclusión final de los boomers: "si los inmigrantes llegan aquí y tienen hijos, vosotros también podéis tener (¿entrará esto en el nuevo concepto social de "romantización de la pobreza"?), porque sino, serán la cultura mayoritaria y se comerán a la cultura minoritaria y seguro que a las mujeres ya no os hará tanta gracia ir por la calle con un pañuelo en la cabeza".


    -Prioridades laborales y el honor familiar: Aunque en nuestros '20 todos estamos llenos de sueños y esperanzas, cuando la cosa aprieta, uno se mete a trabajar de lo que sea, especialmente si uno tiene responsabilidades económicas como mantener una propiedad o a una familia. Uno de los boomers del debate ha comentado en varias ocasiones que un miembro de la familia que vivió entre 1920-2000 fue el más joven de 12 hermanos, y "eligió" su oficio porque el orgullo de todo padre de la época era tener un hijo médico, otro abogado, otro militar, otro nosequé, otro nosecuánto, así que el hijo menor y protagonista de esta historia, se quedó con el "trabajo ideal" restante. A día de hoy, esto es impensable en la sociedad española, pese a que los estudios (sobre todo los primeros años) los pagan los progenitores, aunque en ocasiones no estén de acuerdo con la decisión del hijo.

    Por otra parte, tengo la impresión de que en general la gente ya no quiere ejercer trabajos físicos (como el oficio de albañil) y que estos oficios que los locales no quieren acaban siendo ejercidos por gente que viene de fuera de las fronteras; cosa que no pasa con otros oficios como el de profesorado, que hasta hace nada había muchas plazas para todas las asignaturas, pero hace 2-3 años hay overbooking en las bolsas, menos en las de catalán y matemáticas.

    A día de hoy, estudiar es una prioridad y los jóvenes hemos tenido más libertad a la hora de elegir nuestras carreras, incluso arriesgándonos a meternos en carreras u oficios con pocas salidas laborales.


    -Prioridades en cuanto a inversión de tiempo: Más allá de las modas, la inversión de tiempo en X actividades ha cambiado radicalmente por un motivo de mucho peso: los avances tecnológicos. No hablo solo de ordenadores, sino de otros aparatos y herramientas como la cocina de gas/vitros... No se invierte el mismo tiempo en cocinar un plato de macarrones en una cocina moderna que a principios del siglo XX (eso implicaba ir a por agua, preparar el fuego [que si tú que me lees has hecho una fogata en el campo para cocinar, sabrás que no es cosa de media hora...] y ya luego esperar a que hierva). Podría extenderme mucho más con ejemplos (uno de mis abuelos trabajaba en una cantera de niño que estaba a unas 3 horas caminado por camino de montaña, ahora este tramo se hace en una hora o menos en coche) que demuestran cómo los avances tecnológicos han simplificado el día a día, lo que permite diversificar mejor el tiempo (gracias a ello, puedo estudiar un máster online y a la vez trabajar) tanto para acaparar más tareas como para disfrutar del tiempo libre. En cuanto a acaparar tarea, todo ok para generaciones anteriores, aunque a hay algunos que insisten en que ellos sufrieron más (¡y no lo ponemos en duda!), pero en cuanto a tiempo libre... bueno, a muchos les gusta señalar más de una vez que ellos con X edad ya asumieron determinadas responsabilidades; y es innegable que algunos no disfrutaron de su infancia. Todo depende de la forma de decir las cosas, personalmente hay quienes me han transmitido admiración y respeto por su persona al contarme sus peripecias de la infancia, pero hay otros que parecían que más bien me reprochaban por tener yo una infancia/adolescencia/ adultez más fácil y tranquila.



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