Mi abuelo falleció hace casi 16 años, y este 2024 nos dejó mi abuela. Ya no tengo abuelos. Si bien el piso en el que residían se lo va a quedar un familiar, entre tres estamos revisando los objetos pequeños que hay en su vivienda: ropa, utensilios de cocina y poco más.. Algunos los tuvo entre sus manos en el último momento y otros llevan reposando años en el fondo del armario (y quien dice años, dice décadas... encontramos hasta unas bragas mías de cuando tenía 6 años). En fin, aviso que no voy a compartir formas de superar el duelo.
El año pasado, me enviaron un emotivo post que me guardé, y dice:
CUANDO SE CIERRA LA CASA DE LOS ABUELOS.
- Donar o deshacerse de las cosas de un fallecido no es fácil, pero es un recordatorio más de "en polvo eres y en polvo te convertirás". Había objetos que adoraba pero estaban escondidos para evitar que se los robaran, por lo que eran objetos que, al no haberlos visto nosotras más que una o dos veces en nuestras vidas, no tenían valor sentimental para nosotros. Ella se fue de este mundo tal como llegó: sin nada; y así nos pasará a todos en algún momento. A todos nos hace ilusión comprar cosas nuevas, y yo soy la primera que ha comprado tonterías, unas las adoro y otras no sé ni para qué. Me duele pensar en el día en que me vaya y algún descendiente se deshaga de mis peluchitos... pero a su vez es un recordatorio de que hay que ser más conscientes a la hora de comprar. (Spoiler: seguiré comprando peluchitos si son lo suficientemente adorables, suaves y blanditos).
- Valora tu tiempo y el sentido que tienen las cosas en que lo inviertes. Mi abuela era muy religiosa, se pasaba todo el día (literalmente) sentada rezando. Aunque insistíamos en que tenía que levantarse, caminar y salir, no lo hacía: sus piernas le pesaban mucho por un problema de salud y cogió miedo a salir de casa porque su calle era relativamente estrecha y temía que la atropellase una bicicleta... a la familia nos carcomía, y sucedió lo inevitable: su movilidad se volvió realmente pobre. Sin embargo, ella ha dejado este mundo feliz y tranquila, gracias a su fe y al tiempo que ha dedicado a la oración (además, esta actividad era buena para su memoria). No todo el mundo es religioso y esto está bien, el punto se reduce en ser feliz y tener la mente tranquila.
- Valora el tiempo invertido en la gente de tu entorno, pero sin verte comprometido: cuando alguien se va, mucha gente se arrepiente de no haber pasado más tiempo con esa persona. Yo solía ver a mi abuela una vez a la semana (aunque en sus malos años la veía más veces porque era más dependiente) y me parece perfecto, ni un día más ni un día menos a la semana (que un día menos ya sería chungo dado la frecuencia de visitas...). Todos tenemos obligaciones varias (trabajo, estudios, otras personas importantes en nuestro entorno, el tiempo de uno mismo...), no podemos desvivirnos por ver a todas las personas de nuestro entorno si no procede porque al final será una visita poco productiva en que al menos una de las partes estará fatigada y poco comunicativa. No te invito a dejar de lado a la gente de tu entorno, pero si ver quienes merecen tu tiempo (por poco que sea) y quienes no.
No havia llegit fins ara aquesta entrada. És molt emotiva. Quan ens vam mudar a Felanitx, com que era sa casa de sa meva padrina, fer net va ser molt difícil, perquè desfer-se dels objectes no és gens fàcil. M'ha agradat la reflexió sobre allò que nosaltres consideram valuós i que qui ens sobrevisqui llançarà perquè no hi tendrà un vincle emocional.
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