Sé que no soy una influencer ni nada por estilo (ni pretendo serlo, por Dios) y que este blog no lo ven todos los hispanohablantes del mundo, pero a pesar de ello considero importante hablar de los fracasos. He tenido varios debates al respecto últimamente y casualmente, en un video de YT que vi recientemente hablaban sobre el tema y sobre como solo salen a la luz los éxitos mientras que muchos fracasos se esconden. No pretendo soltar el típico discurso motivador que a todos nos pone de mal humor, pero no me parece de más, exponerme un poco y contar mis fracasos a lo largo de mis 27 años. Dudo que supongan un gran impacto a la sociedad pero por algo se comienza...
Eso sí, esta lista no puede empezar sin hacer un resumen de mi biografía para mayor trasparencia: tengo 27 años, soy española, siempre he vivido en España, concretamente en una isla chiquitita (pero una de las más grandes del país, todo sea dicho), tengo un grado y un máster (ambos en letras puras) y un trabajo fijo que no tiene nada que ver con lo que he estudiado pero que amo, vivo con mis padres, me llevo bien con mi familia, y tengo varios círculos de amigos pequeñitos pero maravillosos.
Ahora sí, ahí va la lista:
- Sacarme el carnet de conducir, sufrir un INCIDENTE que me generó tal ansiedad que lo dejé.
- Intentar retomar la conducción pero dejarlo en definitiva por tres grandes motivos: no lo necesito, sufría grandes ataques de pánico y ansiedad, y la gente está pirada. Puedo vivir con ello, aunque alguna recaída he sufrido, siempre ligado a la presión ejercida por gente de mi entorno para que vuelva a conducir.
- Empezar pequeños proyectos en internet y dejarlos. Nada serio, simplemente perdí la ilusión o no se me ocurrían cosas, y tan a gusto. Hay que saber decir adiós a estas cosas también.
- Empezar a escribir un libro pero dejarlo porque no le veía salida, o más bien un final original. Tenía 17-18 años.
- Haber hecho algo porque "todo el mundo lo hacía" (bachiller, ejem...). He conocido a gente maravillosa y gente que no tanto, pero de nada me ha servido más que para experimentar ciertas emociones no muy buenas.
- No haber prestado más atención a ciertos temas que me resultaban aburridos pero están más presentes en la sociedad de lo que creía.
- Empezar a hacer algo motivadísima y dejarlo al poco o que no saliese como quería.
- No haber dicho que "no" en algunas situaciones.
- Hacer caso ciego a algunas personas por pura confianza (no va a malas, pero a veces esa misma gente ni están seguros ellos mismos de lo que dicen o hacen).
- Montar un punto de venta de libros con una amiga y que nos echen la bronca (era en el cole, en tiempo de patio y teníamos 8 años... tal vez fue mi mayor acto de rebeldía, eso sí, los libros los escribíamos e ilustrábamos nosotras). En fin, cosas de críos.